28 ene 2009

TIEMPO DE PARADOJAS

En el momento que he decidido escribir este artículo, las palabras se negaban a salir de mi cabeza y el bolígrafo estaba a punto de secarse, bajo las palabras del dolor, del sufrimiento, de la aflicción, bajo palabras de incapacidad y de silencio.
La más ardua situación es cuando las lágrimas están cayendo, sucesivamente, se escriben sobre un papel blanco, en el momento en que la lengua es incapaz de expresar, la mano incapaz de moverse y el bolígrafo de escribir.
Estas lágrimas estaban pintando un cuadro artístico, sus dimensiones son calles llenas de restos de destrucción, palacios pomposos, niños que lloran y otros que ríen, mujeres viudas y otras que cantan, un cielo claro en el que vuelan las mariposas y otro repleto de nubes de humo; tierra verde que inspira la imaginación de poetas y tierra negra que no permite florecer a sus plantas, personas que su sangre es de oro y otras que su sangre es de agua.
En un momento esperaba que se parase el tiempo y pare la escritura de la historia para saber si es sueño o es realidad, si la verdad todavía tiene una única figura o tiene muchas, si han cambiado los corazones y quién es el responsable, la persona o la fatalidad.
Cuando intentaba contestar a algunas de estas preguntas, me he dado cuenta de que estoy despierto, en el siglo veintiuno, en la edad de la tecnología y de la prensa. La tecnología que el hombre inventó para servirle se convierte en la causa directa de su muerte.
He encontrado otra paradoja: al mismo tiempo que mueren millones de personas, todo el mundo presume de defender los derechos humanos, ¡el tiempo de paradojas!
Cuando el tirano se vuelve héroe y la víctima terrorista, estamos delante de una alteración de la verdad. Ahora nadie sabe quién es el terrorista o qué es el terrorismo.
Cuando millones de iraquíes mueren -entre ellos niños, mujeres, jóvenes- a causa de la búsqueda de armas de destrucción masiva, al final aparece un informe y dice que estábamos equivocados, que no hay armas en Irak. Después de que los hospitales queden llenos de heridos, las familias pierdan a sus hijos, destruyan las infraestructuras, y no quede ni un lugar vacío para enterrar los cadáveres, ¡tiempo de paradojas!.
Cuando se enviaban las bombas a los niños de Gaza al principio de año nuevo, en lugar de enviarles regalos.
Cuando los palestinos salen a buscar la libertad y luchan por su tierra, para vivir en paz como todo el mundo, les ametrallan desde el cielo con una lluvia de mísiles y todo el poderío de la tecnología más moderna. No interesa si es legal o ilegal -en sus leyes-, orientan a la prensa y engañan al mundo, le llaman “el ejército de defensa israelí”.
Lo que sucede ahora en Gaza son los capítulos de una obra teatral dolorosa, que empieza con un avión en busca de una víctima y termina con un genocidio, mientras que la comunidad internacional observa lo que pasa sin poder hacer nada. No hay extrañeza porque son los países poderosos los que crean la legitimidad.
Lo que más nos preocupa como seres humanos:
-¿Hasta cuándo permanecerá esta política que domina el mundo?
-¿Hasta cuándo viviremos espantados y amenazados?
-¿Hasta cuándo durará la represión, la persecución y la falsificación de la verdad?
En mi opinión hay que revisar las instituciones que constituyen el mundo: Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, etc. Porque éstas se constituyeron para servir a los países industrializados. Para evitar guerras, atentados, etc. Para facilitar la paz hay que encontrar una nueva institución que tenga la confianza de todos, y que sus decisiones sean ejecutadas.


Mohamed Lemine (tercer curso)

1 comentario:

  1. Un artículo bonito y casi poético. Pero hay que hacer ciertas precisiones, en Irak las bombas en mercados, mezquitas y barrios populares no las ponen los occidentales, sino musulmanes contra musulmanes, seguidores de Mahoma contra seguidores de Alí. El mundo no es blanco ni negro, está lleno de grises.

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